PSICOLOGIA CANINA

LA DEPRESIÓN CÍCLICA
La depresión cíclica, relativamente frecuente, afecta a sujetos de siete a diez años de edad y se observa más en las hembras (de 65 a 67,5 %) que en los machos (de 32,5 a 35 %).
Se caracteriza por la sucesión de ciclos de depresión y de ciclos de hiperactividad estereotipada, ciclos que duran de quince días a dos meses. Las fases de depresión no se manifiestan de un modo especial, y el animal presenta las características reactivas de todos los perros depresivos (indiferencia, tristeza, anorexia, pérdida de los conocimientos aprendidos).
En cambio, las fases de hiperactividad estereotipada son muy espectaculares. El perro presenta un estado de hipersensibilidad a todas las estimulaciones. Se muestra muy "expansivo", jadeante y siempre alerta. Tiene el sueño considerablemente disminuido: se ha podido observar un ejemplar que dormía solo tres horas por día y no parecía que se fatigara lo más mínimo. Pero la manifestación más típica sin duda es la repetición de una misma secuencia comportamental que se califica de estereotipada durante los períodos en que el animal está intensamente estimulado. Dicho estado se puede traducir en un gran número de actividades: dar vueltas alrededor de la cola, levantar rítmicamente una pata, mordisquear un objeto, deambular siguiendo un trayecto invariable durante horas.
Las hembras se encuentran particularmente afectadas y se ha podido observar la aparición la enfermedad en hembras de tres generaciones sucesivas del mismo linaje.
El pronóstico es siempre reservado y las recaídas se producen inmediatamente después de que se haya interrumpido por completo el tratamiento.
El tratamiento es químico únicamente: las sales de Litio regulan el humor y permiten suprimir las fases de hiperactividad, pero, en cambio, son poco activas en las fases depresivas; usar antidepresivos

EL GESTO Y LA PALABRA...
El dueño que intente dominar a su perro tendrá problemas cuando se plantee si el perro aceptará su dominancia. El dueño podrá dar una orden cuyo enunciado sea el adecuado pero si su postura es poco firme, a la defensiva, y su entonación de voz y mímica inconsciente traicionarán su indecisión. El perro que percibe esta "apertura" no ejecutará la orden y amenazará

LAS AGRESIONES REACTIVAS
No son comportamientos patológicos pues las situaciones que normalmente las desencadenan están relacionadas con el medio. Tales agresiones son esencialmente la agresión por irritación y la agresión jerárquica. En el primer caso, la causa se debe a una patología dolorosa o a una dificultad sensorial (pérdida de la visión en caso de una atrofia retiniana). En el segundo caso, son los dueños quienes desencadenan las agresiones por reconocerle al perro prerrogativas de dominante y después negarlas en situaciones jerárquicamente significantes. En todo caso, el mayor riesgo es el de la instrumentalización de la agresión (el perro aprende que cuando muerde se sale con la suya) que desembocará en una hiperagresividad secundaria. El tratamiento del primer caso se dirige a resolver el problema orgánico y eventualmente asociarle una quimioterapia que inhibe la respuesta de agresión por irritación. En el segundo, la terapia comportamental llamada de "regresión social dirigida" permitirá solucionar el problema.

ARMONÍA Y COMUNICACIÓN...
Resulta fácil comprender el papel de la comunicación en el plano de la jerarquía. La comunicación, además de su papel social y jerárquico, también tiene una función patógena (generadora de trastornos). Los rituales que permiten medir la agresividad y suprimir el carácter ansiógeno de la interacción entre individuos casi siempre funcionan bien en los grupos homogéneos, pero no tanto en los grupos pluriespecíficos, especialmente en los grupos hombre-perro.
Resulta bastante difícil conocer las motivaciones que llevan a una persona a comprar un perro pero se puede afirmar que no tiene mucho que ver con las que impulsan al perro a buscar la compañía del hombre. En las interacciones con el perro, el hombre intenta conseguir que aquel cumpla tal o cual orden que es conforme a la lógica social humana. Sin embargo, en la
comunicación de la orden, los vínculos afectivos que unen al hombre y al animal o a veces el miedo que quizás sienta el dueño podrán modificar el contenido del mensaje. Podrán producirse perturbaciones de dos tipos. El primero se da cuando la ejecución de la orden, voluntariamente expresada, implica una actitud dominante por parte del dueño; si ésta regla no se aplica el animal no obedecerá. Por otra parte, en caso de interacción altamente significante en el plano jerárquico, cualquier orden modificada por mímicas y posturas que traicionen el miedo impulsarán al ataque.-

Dr. Christian Leonel Sapia
MEDICO VETERINARIO

Copyright © 2007-2008 LastPassionsHunter